Josu Gómez es consejero de consultoría estratégica Zahara Venture Projects y director general de proyectos del Instituto Internacional Magallanes, además de embajador de la Liga Española de Debate Universitario (LEDU). Licenciado en Derecho, con un postgrado en Emprendimiento, Innovación y Liderazgo por la Universidad de Comillas ICADE y la Universidad de Deusto DSB, es Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional de Cambridge en Emprendimiento y Desarrollo Local. Estos, entre otros títulos y una dilatada trayectoria, a sus 41 años, le han convertido en experto en Liderazgo y Comunicación. Además, ejerce como embajador en España de la iniciativa The Future Society, nacida en la Harvard Kennedy School, así como de la Cumbre Mundial de Economía Circular desde el año 2008, teniendo la oportunidad de formar parte del selecto grupo de líderes y profesionales que han tenido la oportunidad de ser seleccionados para este fin y con conexión directa con el presidente de los EEUU, Barack Obama.
¿Cómo se hace para tener una trayectoria como la suya a su edad?
Ya son 41 años, tampoco es que sea tan joven, pero imagino que la trayectoria personal en mi caso como la de otras muchísimas personas responde a la conjugación de cinco elementos elementos fundamentales a mi juicio: Formación permanente, pasión, constancia, atrevimiento y, al mismo tiempo, humildad para aprender y escuchar de todas aquellas personas que a lo largo de tu vida se cruzan o comparten tu camino. Y todo ello, con esa capacidad de arriesgarse y buscar cumplir las metas marcadas, aún cuando parezcan un reto lejano o imposible. No por menos, todo camino por largo que sea empieza de la misma forma, con un primer paso.
Todavía nos los preguntamos, ¿qué es el liderazgo?
Existen muchas definiciones del liderazgo y muchos libros escritos sobre este concepto. Si bien para mí, el liderazgo se compone de varios elementos. Por un lado, la capacidad de tener una visión en el tiempo y ser capaz de adelantarse a la misma en el presente, motivando a las personas de tu entorno y tus equipos en el deseo de lograr objetivos concretos. Aunque también debemos conceptuar el liderazgo desde el desarrollo del la credibilidad del líder y su coherencia, la capacidad empática con quienes te rodean en cada momento, la comunicación efectiva para motivar y la inteligencia emocional con capacidad para generar pasión por parte de quienes reconocen a quienes son líderes. No por menos, el liderazgo no se impone, te lo otorgan quienes te acompañan.
Las copias nunca fueron buenas.
¿Qué cualidades posee un buen líder en el siglo XXI?
En un tiempo, tal vez, de tanta incoherencia en diferentes niveles políticos, económicos o sociales. A mi juicio, el buen líder, hoy, debe de ser ante todo creíble, coherente entre lo que dice y hace, un ejemplo de persona. Y al mismo tiempo, tener la capacidad de entender la realidad de quienes le rodean. Sus deseos, sus miedos, sus ilusiones y sus necesidades. Para ser capaz desde una buena comunicación de llegar al corazón y el alma de quienes hoy más que nunca esperan encontrar esos liderazgos llenos de verdad y alejados de la falsedad de este tiempo.
¿Qué ejemplos de líderes nos pondría?
En mi vida me he encontrado muchos líderes. En lo cotidiano, en estos tiempos que corren, son líderes para mí las personas que cada día tiran adelante, por ejemplo, con sus pequeños negocios y empresas enfrentándose a la adversidad con las mejores herramientas. Pero si hablamos de liderazgo desde el ámbito político o empresarial, para mí son ejemplos claros en el primero el que fuera presidente de los EEUU, Barack Obama, y en el segundo, Amancio Ortega.
¿Cómo podemos aplicar la inteligencia emocional a nuestro discurso?
En primer lugar, a partir del conocimiento de quien te escucha, de la capacidad de desarrollo de la empatía de quien comunica no sólo para convencer sino para conectar con quien nos escucha. Y todo ello, desde la humildad y la cercanía necesaria de un discurso que debe de ser al mismo tiempo seguro y solvente para quien dedica su tiempo a dedicar su tiempo a oírnos.
Es embajador en España de la iniciativa The Future Society, nacida en la Harvard Kennedy School.¿Cuál es su cometido? ¿Qué acciones desarrolla en España?
Ciertamente es un honor formar parte de esta iniciativa sin ánimo de lucro que tiene como objetivo y misión principal avanzar en la nueva gobernanza global que este nuevo tiempo de la cuarta revolución industrial nos trae. Así, socializar el conocimiento y la formación en aquellos ámbitos vinculados a la inteligencia artificial o las tecnologías emergentes y vinculadas a la sostenibilidad son vías de actuación de The Future Society. Todo ello, a través de la publicación de estudios, organización de foros, jornadas, congresos y eventos que cuentan con la participación de referentes mundiales en estos campos de conocimiento, algo que hemos hecho en España . En definitiva, queremos conectar a la sociedad con el nuevo mundo que se abre paso, pero construyendo una realidad económica y social con el mismo desde la igualdad, el progreso , el acceso al conocimiento y el impulso del bienestar compartido.
Me encantaría que España tuviera una educación que en las etapas iniciales de aprendizaje impulsara la creatividad.
Figura entre los 30 influencers nacionales en materia de educación y socioeconómica por el índice KLOUT. Constantemente hablamos de la necesidad de reformar nuestro sistema educativo, ¿qué cambiaría?
Seguramente habrá gente con un conocimiento más excelso en este campo. Si bien ciertamente también estoy vinculado al mundo universitario y académico como profesor de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, donde imparto clases de Comunicación Política y Relaciones Internacionales, con lo que una de mis pasiones es la educación.
Si hablamos de deseo y sueños, me encantaría que España tuviera una educación que en las etapas iniciales de aprendizaje impulsara la creatividad, la inteligencia emocional y el liderazgo de aquellos niños y aquellas niñas que en el futuro serán quienes tengan que asumir responsabilidades. Me encantaría que el modelo de aprendizaje no se estructurase sólo en la asimilación de contenidos teóricos sino en el impulso de la capacidad crítica y de reflexión de quienes se educan en nuestros colegios e institutos. Y de igual forma, me ilusionaría ver que, junto a las asignaturas tradicionales, aparezcan otras como sostenibilidad, emprendimiento, innovación y economía social, comunicación y política.
Todo ello, además, con la necesaria conexión del mundo educativo con la nueva realidad tecnológica que hoy tenemos por delante, permitiendo el acceso a ámbitos como el de la robótica o la programación entre otras disciplinas. Si bien conjugando lo técnico, con lo humanístico, lo emocional con lo matemático. Y, por último, si hablamos de la Universidad , me encantaría que se impulsará la práctica junto con la teoría, el impulso del aprendizaje del conocimiento con la generación de estudiantes universitarios con capacidad reflexiva y crítica.
Con la conexión directa entre Universidad y realidad, entre las aulas y lo que está fuera de las aulas, entre la empresa y la docencia, entre los perfiles de inserción laboral que demanda nuestra sociedad y la formación que se desarrolla en las mismas. En definitiva, me gustaría que la educación formase desde el inicio hasta el final a ciudadanos y ciudadanas plenos, críticos, analíticos, emprendedores, pasionales y líderes de su presente y de su futuro.
Hablamos mucho de emprendimiento, pero ¿en qué consiste realmente?
En primer lugar, habría que diferenciar el emprendimiento por necesidad con el emprendimiento innato. Para mí, el verdadero es el segundo, el primero en muchas ocasiones sólo es una consecuencia de la realidad pero no un deseo de quien lo desarrolla.
Emprender es la capacidad de tener un sueño que te motiva para asumir los riesgos, aprender de los fracasos, enamorarte de tu trabajo y tener la capacidad de resilencia para lograr motivarte en cada desafío o reto que se te pone por delante. Ser una persona emprendedora es una actitud y aptitud, una forma de vivir y sentir, de valorar la libertad que te produce el éxito o el error de tus decisiones.
El orador debe cuidar la creación de su propio estilo y forma.
¿Es una de nuestras lagunas?
No todo el mundo tiene o puede ser emprendedor, es una vocación y un sentimiento. En un país en el que sólo el 35% de los jóvenes quiere emprender todavía queda mucho trabajo por delante en este campo. No obstante, para ser un país más emprendedor debemos de cambiar nuestro modelo educativo, nuestro modelo fiscal y tributario -para favorecer el desarrollo de esas startups y capacidades emprendedoras- y, al mismo tiempo, nuestro modelo de reconocimiento social del empresario o emprendedor como una persona que aporta a la sociedad un valor fundamental de progreso.
En la crisis provocada por el Covid-19, ¿qué aciertos y errores se han cometido en comunicación política?
A toro pasado es fácil hacer la crítica o la identificación de los errores de los gobiernos que en todo el mundo han tenido que enfrentarse al mayor reto en los últimos cien años junto con el de la Segunda Guerra Mundial. En nuestro país se ha hecho una gran labor de comunicación, a veces con un exceso de presencia pública incluso. Sobre los aciertos, si hablamos de España la capacidad de empatía en los discursos, el lenguaje cercano, la presentación de solvencia y seguridad sobre un reto de compleja resolución. Sobre los errores, la falta de coordinación en algunas ocasiones entre los diferentes responsables públicos, algo que ha podido erosionar la credibilidad y la imagen de solvencia en algunos campos por parte del gobierno.
Por cierto, muchos han valorado el discurso de la Reina de Inglaterra en detrimento del pronunciado por Felipe VI. ¿Es de la misma opinión?
Bueno, ciertamente la intervención de la Reina de Inglaterra contó con varios elementos fundamentales a destacar, la cercanía, el cariño y la solidaridad con su pueblo en un momento complejo y al mismo tiempo la capacidad de transmitir la solvencia de una líder que ha vivido momentos duros como los de la Segunda Guerra Mundial -algo a lo que se refirió con la experiencia personal del recurso de su infancia- . También, la escenografía cuidada al máximo, el papel en la mesa, el bolígrafo de una líder dispuesta a la acción, con actitud y aptitud frente al reto del Covid-19. Algo que pone de relieve una escenografía preparada para el refuerzo del mensaje verbal, el color del vestido de la monarca verde con una asociación directa a la esperanza, la ausencia de elementos que podrían robar protagonismo a su discurso como fotografías. Sobre el Rey Felipe VI, a mí ciertamente, me pareció correcto, si bien creo que otra escenografía hubiera reforzado el mensaje y la comunicación verbal del Rey.
¿Cómo considera que se construye un buen mensaje?
Son varios elementos: Un estudio y una preparación previa del mensaje, del entorno donde se comunica, la audiencia a la que se dirige y el momento en el que se ejecuta. Junto a ello, la estructura del mensaje mismo debe ser clara, directa, con ritmo y con capacidad de recuerdo en quien lo escuche. Con un inicio capaz de enganchar y un final del mensaje con capacidad de motivar. Con una composición de no más de tres ideas y con un duración en el tiempo mejor breve, que larga. Lo bueno y breve, dice mi padre, dos veces bueno.
Siempre pedimos oradores de referencia y no vale Obama…
Pepe Mújica,Wiston Churchill, Roosevelt y Alexandra Ocasio Cortez, si hablamos de juventud y frescura en la comunicación. Existen innumerables ejemplos
¿Cómo ve el auge del debate en las aulas?
Como algo fundamental para la capacidad de generar liderazgos en los jóvenes del futuro y una ciudadanía con capacidad reflexiva.
¿Qué lecturas recomendaría a todo orador?
No nos rendiremos jamás. Donde se recogen los mejores discursos de Wiston Churchill . Para mí, el líder más destacado del Siglo XX y el mejor comunicador político de ese tiempo junto al presidente Roosevelt. Sobre el otro libro que tengo en mi cabecera y recomiendo: Seis Discursos del New Deal, por cierto, una obra de mucho interés para los retos y desafíos que nos trae en el ámbito socioeconómico la actual crisis del coronavirus.
¿Cómo debe formarse un buen comunicador?
Desde la lectura de quienes han sido referentes en la comunicación, pero también desde la práctica en el debate y la vivencia en el mismo. Eso, sin olvidar la posibilidad que hoy nos ofrece internet para acceder al archivo visual y sonoro de discursos, mítines, debates e incluso películas en las que el aprendizaje de la comunicación por quienes quieran formarse en este campo es tremendamente eficaz. Pero, eso sí, desde la creación de su propio estilo y forma. Las copias nunca fueron buenas.